Las canciones que tanto hacían añorar a nuestros padres y que marcaron una época dorada en décadas pasadas, lejos de los estrepitosos ritmos actuales, muchas de ellas se deben a un compositor, Eladio Quiroga Rosado, quien nació un 8 de enero de 1909 en el distrito de Pusi. Desde muy temprano hizo notar su estirpe de compositor y músico.
Los padres de Eladio fueron Froilán Quiroga y Florencia Rosado, de quienes heredó ese don de músico y compositor. Realizó sus estudios primarios en el Colegio Particular San Ambrosio de la ciudad de Puno. Y, sus estudios secundarios en el Colegio Nacional San Carlos de Puno. Ejerció la labor de maestro en la Escuela “Liceo Puno” y en la Escuela Fiscal 881. Posteriormente, se dedicó a la Notaría.
Este eximio intérprete de la guitarra aprendió su arte por vocación. Perteneció en su corta existencia a varios conjuntos de la tradición de la estudiantina puneña: “Los Íntimos de Puno”, “Estudiantina Lira Puno”, “Centro Musical Puno”, “Conjunto Obrero Masias” y el Centro Musical y de Danzas “Teodoro Valcárcel”; entonces podemos afirmar con certeza, que la música de Puno fue más importante por sus memorables composiciones.
Contrajo nupcias con doña María Josefa Zea Romero con quienes dejó un legado con sus hijos: Enma Quiroga Zea de Tinajeros (fallecida), Gilma Quiroga Zea de Núñez (Profesora jubilada residente en Puno), Efraín Quiroga Zea (Economista, residente en Arequipa), Enrique Quiroga Zea (Abogado residente en Ica) y Virginia Quiroga Zea de Vásquez (Profesora, residente en Lima)
En 1955, llegó a ser el primer presidente de la prestigiosa institución Theodoro Valcárcel. Compuso varias piezas musicales para estudiantinas, entre las que destacan: las marineras “Serpentina”, “Linda Puneñita”, Jaranera” y “Al Pié del Cancharani”; la captación “Los Pulí Pulís de Juli”; el paso doble “Centro Musical Teodoro Valcárcel” y el Vals “Reciprocidad”; los huaynos pandilleros “Sentimiento Aymara”, “Puno Pandillero”, “Fiesta de mi Pueblo”, “Lucero del Ande”, “Recuerdos del Ande”, “Recuerdos Puneños”, Zampoña de Cancharani” y el afamado “Flor del Titicaca”. Todas estas composiciones marcaron la historia de la música de Puno.
Eladio Quiroga Rosado, tuvo una gran amistad con Virgilio Palacios, Severo Lezano, Carlos Rubina Burgos, Enrique Cuentas Ormachea, Tito Parodi y Eladio Núñez; y murió siendo aún joven, el 31 de diciembre de 1959. A los que disfrutamos de su música, nos toca valorar sus melodías y hacer que sus arpegios se impongan en la tradicional festividad Virgen de la Candelaria, en los carnavales puneños, así como las en las diversas fiestas patronales. <:>